Estudiar más horas no garantiza mejores resultados
Los alumnos españoles tienen diez horas semanales más de clase y de tareas extraescolares que los finlandeses y sacan 38 puntos menos en los exámenes de PISA
Los sistemas educativos que más horas de estudio exigen a sus alumnos tanto en el aula como en la actividad extraescolar no son los que obtienen mejores resultados. Así lo demuestra el informe PISA. España, que tuvo este año unos resultados en la prueba de evaluación internacional en la media de los países de la OCDE, sin embargo imparte a los alumnos de la ESO 1,4 horas más de clases a la semana que la mayoría de los países desarrollados y sus estudiantes invierten otra hora más semanal que la media en deberes y formación complementaria. La falta de relación de horas de estudio y resultados es aún más evidente si se compara con sistemas punteros de PISA como Finlandia que, pese a lograr sus alumnos 38 puntos más de media que los españoles en Ciencias, dan cuatro horas menos de clase semanales y dedican siete horas menos a la formación extraescolar. Por contra, Italia, que sacó 12 puntos puntos menos que España en este examen, es la campeona del tiempo dedicado al estudio, con un horario similar al español en las aulas, pero con tres horas más de tareas extraescolares a la semana. Esta es una de las enseñanzas sobre el funcionamiento de los sistemas educativos aportadas por los informes PISA, cuyo compendio hoy repasó en el curso de verano de la Fundación Areces el analista de la OCDE Alfonso Echazarra. Echazarra destacó que otras de las conclusiones de las pruebas internacionales son que el exceso de repetidores y la separación temprana de los alumnos en distintos itinerarios empeora la equidad en la escuela; que la equidad y la excelencia educativa son compatibles; o que los países, y en esto también destaca España, dan muy poca autonomía a los centros, lo que empeora su rendimiento. De igual manera, PISA demuestra que cuánto más complicado es el problema lo resuelve mejor quien está educado en la creatividad y no en la memorización de las lecciones; que las chicas sobresalen en lectura y los chicos en matemáticas y ciencias; o que todo no se arregla con más dinero, pues la inversión educativa -superada la barrera de los 50.000 euros de coste de la educación obligatoria por alumno- no garantiza mejores resultados.