¿Dónde te irías de Erasmus?
Polonia y Alemania, destinos preferidos de los erasmus de la UMA Más de mil universitarios malagueños se encuentran ya estudiando o lo harán en los próximos meses fuera de España. Son los alumnos de grado o máster que participan en los programas de movilidad estudiantil, tanto Erasmus como de otros países no europeos. Polonia y Alemania siguen ganando alumnos, mientras que destinos como el Reino Unido han caído bastante (de 97 a 76 estudiantes) y en otros casi ha desaparecido, como sucede con Turquía, que ha pasado de tener a 14 estudiantes malagueños el año pasado a solo uno este curso. Los estudiantes que ya se encuentran en su destino son los que estudiarán todo el curso y los que han elegido pasar fuera solo el primer trimestre. La mayoría de los alumnos han elegido estudiar todo el curso (448), mientras que este primer cuatrimestre han salido 302 y en el segundo cuatrimestre lo harán otros 148. Fuera de Europa hay otros 184 estudiantes de la UMA, con México como principal destino (43 alumnos), seguido de Corea (31), Chile (25) y Brasil (24). En Canadá y en Estados Unidos están realizando sus estudios otros once alumnos en cada uno de estos países. Estos estudiantes pueden estar en universidades extranjeras en virtud de los convenios de colaboración que tienen con la UMA. Para estancias de 3 a 5 meses reciben una beca de 1.000 euros, y para las de 6 a 10 meses, 2.000 euros. Los alumnos del programa Erasmus cuentan con una ayuda económica mensual, que va de 100 a 250 euros según el país de destino y que procede de los fondos SEPIE, el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación, agencia dependiente del Ministerio de Educación que gestiona todos los programas Erasmus+ (tanto de universitarios como de estudiantes no universitarios). El SEPIE paga un máximo de cuatro meses para quienes vayan un cuatrimestre y un máximo de 8 meses para quienes vayan el curso completo. Además, la Junta establece una ayuda especial, entre 75 y 188 euros según el país de destino, y que financia hasta un máximo de nueve meses. En este curso académico sigue aumentando el número de universitarios malagueños que se deciden por los países del Este. Es el caso de Polonia, donde se ha pasado de 174 a 192 alumnos. También llama la atención el incremento de estudiantes que se deciden por Alemania, donde se ha pasado de 70 a 93. En el sentido contrario, cae bastante el número de alumnos que van a universidades del Reino Unido (de 97 a 76) mientras que la situación política en Turquía puede explicar que de 14 estudiantes el curso pasado se haya pasado a solo uno. Curiosamente, en Ulm, una ciudad situada a 622 kilómetros de Berlín, han coincidido 15 españoles, de los que 13 son de la UMA. Nacho Ruiz Rodríguez es uno de ellos. Estudia el último curso de Biología y en la universidad de Ulm estará este primer cuatrimestre. Eligió esta universidad porque «es en la que más facilidades encontré para convalidar un par de asignaturas» y, aunque estudió algo de alemán antes de irse, «sigo sin poder mantener una conversación más allá de pedir una cerveza». No obstante, las clases las sigue sin dificultad, porque las asignaturas a las que asiste son de un máster en Biología que se imparte completamente en inglés. Fue una amiga la que le animó a solicitar la beca, aunque en el fondo también quería tener la experiencia de «conocer gente y viajar», dice. Sobre posibles diferencias en el nivel de formación, Nacho afirma que no tiene problemas en seguir las clases y «aunque las asignaturas estén enfocadas a campos más específicos, tengo la base para entender la materia que se maneja». En cambio, sí encuentra una gran diferencia con respecto a la UMA en cuanto a los medios. «Aquí he manejado herramientas que no están al alcance de los alumnos de la UMA, y las asignaturas tienen más personal por alumno. Por ejemplo –explica–, en mi facultad he llegado a compartir el laboratorio con otros 32 alumnos en una práctica; sin embargo, aquí en Ulm dos profesores nos han orientado a cuatro alumnos en el proyecto de prácticas». La mayor parte de este colectivo de universitarios malagueños vive en la residencia Manfred-Börne-Strasse, que está muy cerca de la universidad y con instalaciones muy cómodas. Hay alumnos de distintas nacionalidades, aunque los malagueños, por ser el grupo más numeroso, «nos hacemos notar». Tratan de hacer excursiones y salidas a las que todo el grupo es invitado. Y algún día de la semana hacen una ‘comida internacional’, en la que cada uno cocina algo típico de su país y lo comparte con el resto de estudiantes. «Pero al ser tantos españoles, nos tenemos que poner de acuerdo para no repetir plato», dice. Aunque los estudios les dejan poco tiempo para pensar en España, Nacho Ruiz reconoce que lo que más echa de menos es, sin duda, «la comida de mi madre y el buen tiempo».